Reflexiones de Alda Facio en Facebook, 2017
Sobre la negación de la lucha contra la diversidad de múltiples opresiones del feminismo de los 60-70 por parte del “feminismo interseccional”.
Muchas jóvenes que se autodenominan “feministas interseccionales” afirman que el feminismo de los 60s y 70s (la llamada “segunda ola”) ignoró la diversidad de vida y experiencias de las mujeres, acusándolo de “feminismo blanco”. Alda Facio como mujer joven y de color -porque ser latinoamericana en los EEUU la hacía automáticamente “de color”- formó parte del feminismo de esas décadas que participó activamente contra la guerra en Vietnam y en los movimientos anti imperialistas y anti racistas.
El feminismo de los 60 y 70 aportó grandes pensadoras y activistas feministas afroamericanas como Audre Lorde, Bell Hooks y Angela Davis o el Colectivo Combahee River compuesto por mujeres negras y lesbianas que articuló el concepto de opresión múltiple, criticando tanto el sexismo y la homofobia en la comunidad negra, como el racismo y homofobia dentro del movimiento feminista. Un feminismo que lucho organizándose contra sus múltiples opresiones, no solo contra el patriarcado sino, además, contra el capitalismo, el imperialismo, el colonialismo, el consumismo y por el planeta.
Borrar las contribuciones de las mujeres de color, ecofeministas, lesbianas, de otras nacionalidades, etcétera del movimiento feminista antes del surgimiento del “feminismo interseccional”, es ignorar las aportaciones de la enorme diversidad de mujeres que estuvieron activas en dichas décadas. Los “nuevos feminismos” que reconocen la intersección de opresiones, como el de las mujeres con discapacidad o el de las indígenas, no pueden ignorar estas aportaciones de las feministas de color, lesbofeministas, socialistas, marxistas, pacifistas, hippies y comunitarias del feminismo de los 60s y 70s.
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