INDOAFROASIALATINOAMÉRICA
Abya Yala

Chile

Addicted04, CC BY-SA 3.0,
via Wikimedia Commons

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VII ENCUENTRO FEMINISTA LATINOAMÉRICANO Y DEL CARIBE
CARTAGENA - CHILE 1996

LA RUPTURA ENTRE EL FEMINISMO AUTÓNOMO Y EL FEMINISMO INSTITUCIONAL

El VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, Chile 1996, tiene una gran trascendencia histórica porque constituyó el primer cuestionamiento formal de las prácticas políticas al interior del propio movimiento feminista y, por tanto, la primera gran ruptura del feminismo latinoamericano entre feministas autónomas y feministas institucionales. A partir de entonces las feministas siguieron dos caminos antagónicos, las institucionales se orientaron al generismo neoliberal y las autónomas a impulsar un feminismo independiente de instituciones, partidos, gobiernos y organismos internacionales, que permitiera el avance del proyecto civilizatorio desde las mujeres.

Inmediatamente después de la IV Conferencia de la Mujer en Beijín 1995, el VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Chile 1996 representó la primera confrontación formal de las diferencias que existían al interior del propio movimiento feminista. La fractura entre aquellas que se proponían limar las aristas más filosas del sistema falocéntrico y patriarcal pero sin tocar sus bases, en oposición a las feministas que cuestionaban las lógicas profundas de dicho sistema sobre el que se construye el sexismo, el racismo, la violencia, la guerra, la depredación ecológica, la riqueza desmesurada y la pobreza extrema.

El proceso de institucionalización acelerado, las negociaciones y lobbies, la fragmentación de los temas de mujeres, la falsa representatividad y los poderes económicos y políticos de “las Redes” al servicio de las financiadoras Internacionales, pretendió la desmovilización y la parálisis del movimiento, reduciendo a través de sus lobbys, a las mujeres a "un tema" o "una demanda" a incorporar en la agenda pública de partidos, gobiernos y organismos internacionales cimentados en las relaciones de dominio patriarcales.

El propósito del Encuentro en Chile era realizar una evaluación y una crítica profunda de políticas y estrategias, hacia un diseño de programas y acciones para fortalecer al Movimiento Feminista desde su autonomía independientemente de las instituciones y las Agencias de la Cooperación Internacional. Pero feministas de oenegés e instituciones enfocadas en Beijing, iniciaron una campaña de boicot económico y boicot desinformativo incluso solicitando el cambio de sede del Encuentro, tratando de ocultar que existían diferentes proyecciones de futuro que nos permite ser constructoras de mundo y de futuro.

DECLARACIÓN DEL FEMINISMO AUTÓNOMO VII ENCUENTRO FEMINISTA LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
Cartagena, 26 de noviembre de 1996

Declaración leída en el VII Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en 1996 por la corriente política de las Feministas Autónomas.

Para las Feministas Autónomas el movimiento feminista representa la unión entre lo íntimo, lo privado y lo público, sin lo cual está incompleto, articulación que permite crear una propuesta de otra cultura, un diálogo con el mundo social que impugne el poder patriarcal en lo público y lo privado y cuestione al Estado y sus instituciones, en un proceso crítico de repensar el mundo. La legitimidad del movimiento no se construye respondiendo a la legalidad del sistema, no en el reconocimiento jurídico por parte del Estado sino en la práctica social.

Hay que inventar la sociedad que queremos construir, unir lo manual e intelectual, recrear el lenguaje subversivo que inició el feminismo, reconocer los aportes desde los espacios feministas autónomos que se han desarrollado fuera de los espacios oficiales de la institucionalización y evitar que nuestros productos teóricos no sean utilizados como intercambios monetarios de legitimidad y carrera institucional. Y que los medios de comunicación potencien la voz para enriquecer el pensamiento y la práctica y no para crear élites pensantes y escribientes.

Hay que definir los límites éticos de los recursos, instancias y métodos y no seguir avalando políticas de financiamientos que desconstruyen nuestra democracia y pensamiento e instalan en todo espacio que intenta ser rebelde. Nos negamos a negociar con las instituciones supranacionales y nacionales que provocan el hambre y la miseria como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, etc., hay que cuestionar los límites de los dineros, de la cooperación internacional conociendo y descodificando el origen de sus procedimientos, interpelar al dinero y su poder, requerimos recursos propios con nuevas prácticas para obtenerlos y ponerlos a disposición para que se multipliquen que no dependan de la cooperación al desarrollo.

Buscamos el intercambio con las mujeres rebeldes europeas y estadounidenses que lo cuestionan todo fuera de la definición de legitimidad que da el poder político y académico. La autonomía define nuestra relación con el mundo, donde profundizamos nuestra crítica al sistema y donde instalamos nuestra subversión cotidiana a partir de nuestra historia y en base a relaciones de respeto y visibilización.

Declaración publicada en 1997 en Colección Feminismos Cómplices, Ed. La Correa Feminita, Centro de investigación y Capacitación de la Mujer A. C., Permanencia voluntaria en la utopía.
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