VII ENCUENTRO FEMINISTA LATINOAMÉRICANO Y DEL CARIBE
CARTAGENA - CHILE 1996
LA RUPTURA ENTRE EL FEMINISMO AUTÓNOMO Y EL FEMINISMO INSTITUCIONAL
El VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, Chile 1996, tiene una gran trascendencia histórica porque constituyó el primer cuestionamiento formal de las prácticas políticas al interior del propio movimiento feminista y, por tanto, la primera gran ruptura del feminismo latinoamericano entre feministas autónomas y feministas institucionales. A partir de entonces las feministas siguieron dos caminos antagónicos, las institucionales se orientaron al generismo neoliberal y las autónomas a impulsar un feminismo independiente de instituciones, partidos, gobiernos y organismos internacionales, que permitiera el avance del proyecto civilizatorio desde las mujeres.
Inmediatamente después de la IV Conferencia de la Mujer en Beijín 1995, el VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Chile 1996 representó la primera confrontación formal de las diferencias que existían al interior del propio movimiento feminista. La fractura entre aquellas que se proponían limar las aristas más filosas del sistema falocéntrico y patriarcal pero sin tocar sus bases, en oposición a las feministas que cuestionaban las lógicas profundas de dicho sistema sobre el que se construye el sexismo, el racismo, la violencia, la guerra, la depredación ecológica, la riqueza desmesurada y la pobreza extrema.
El proceso de institucionalización acelerado, las negociaciones y lobbies, la fragmentación de los temas de mujeres, la falsa representatividad y los poderes económicos y políticos de “las Redes” al servicio de las financiadoras Internacionales, pretendió la desmovilización y la parálisis del movimiento, reduciendo a través de sus lobbys, a las mujeres a "un tema" o "una demanda" a incorporar en la agenda pública de partidos, gobiernos y organismos internacionales cimentados en las relaciones de dominio patriarcales.
El propósito del Encuentro en Chile era realizar una evaluación y una crítica profunda de políticas y estrategias, hacia un diseño de programas y acciones para fortalecer al Movimiento Feminista desde su autonomía independientemente de las instituciones y las Agencias de la Cooperación Internacional. Pero feministas de oenegés e instituciones enfocadas en Beijing, iniciaron una campaña de boicot económico y boicot desinformativo incluso solicitando el cambio de sede del Encuentro, tratando de ocultar que existían diferentes proyecciones de futuro que nos permite ser constructoras de mundo y de futuro.